Los errores más comunes que se cometen en LinkedIn tienen que ver con la gestión del perfil, la insuficiencia de datos profesionales o la poca actividad que se le suele dedicar. ¿Tienes una foto de perfil adecuada? ¿Participas en foros? ¿Usas hashtags? ¿Tienes actualizado tu portfolio?

Con más de 600 millones de usuarios, LinkedIn es la plataforma de empleo más importante del mundo. Sin embargo, al contrario que otras redes sociales más populares como son Twitter, Instagram o Facebook, poco más del 50% de los usuarios son activos en esta red profesional.

En algunos casos, el problema se incrementa por el poco cuidado que se presta a detalles tan simples como renovar la foto de perfil o añadir los últimos empleos en los que ha ejercido. Algo preocupante, ya que puede ser la clave para que encuentres o no trabajo.

Es comprensible que no se ponga tanto entusiasmo en mantenerse tan actualizado en LinkedIn como en otras redes sociales más entretenidas, pero en la vida real, donde la búsqueda de empleo puede suponer casi como adentrarse en la jungla, no disponer de un perfil optimizado será sinónimo de fracaso.

Por ello, en este post recopilamos algunos de los errores más comunes que se cometen en LinkedIn. Déjanos un comentario valorando si habías estado utilizando mal tu perfil en la red profesional y de negocios.

Los errores más comunes que se cometen en LinkedIn

1. Confundir perfil de empresa con cuenta personal

A la hora de abrirte una cuenta en LinkedIn debes tener claro si quieres hacerlo de tu perfil profesional o de tu empresa en el caso de que dirijas una. LinkedIn da la opción de gestionar cómodamente ambas sin necesidad de que se pisen o entorpezcan.

No es nada conveniente que, por mucho que tu imagen sea parte importante de la empresa, siempre esté asociada a ti, tus ideologías e intereses. El perfil de tu empresa debe estar enfocado en crear marca y vender tu producto o servicios, mientras que el perfil profesional debe destacar tus habilidades y conocimientos, así como tus intereses e inquietudes personales.

2. La fotografía de perfil en Linkedin

Bajo ningún concepto debes tener tu perfil de LinkedIn sin una fotografía de tu cara. El que no aparezca una imagen representativa tuya puede hacer sospechar a la comunidad que eres un perfil ficticio, un bot o incluso un hacker. Esto genera desconfianza y las posibilidades de poder conectar serán nulas.

Además, no vale con poner cualquier foto. Ten en cuenta que esto no es Instagram, Facebook o Tinder. Aquí debes mostrar en una simple imagen profesionalidad y la mejor versión de ti de cara a los posibles empleadores.

Algunos de nuestros consejos a la hora de escoger una foto es que esta sea de buena calidad, centrada en tu cara (sonriendo, postura amigable), usando una vestimenta adecuada a tu trabajo y sin distracciones (ni familiares a tu lado ni fondos con paisajes).

3. No tener actualizado tu CV

Es un error más común de lo que se cree. Aunque algunos profesionales tienen una vida más monótona, existen otras profesiones (sobre todo las digitales) que constantemente llevan a cabo proyectos nuevos, colaboraciones esporádicas o realizan cursos.

Aunque muchas de estas experiencias puedan parecerte insignificantes o poco válidas, nunca se sabe que pueden buscar los reclutadores y qué filtros usan para encontrarte. Por ejemplo, quizás ese curso de ofimática que hiciste hace años no te parezca interesante reseñarlo, pero puede que estés perdiendo una opción de trabajo en la que se pida estrictamente conocimientos sobre esta herramienta.

4. No añadir datos de contacto

Suena muy básico, pero es un error más común de lo que crees. En nuestro perfil disponemos de un apartado denominado ‘Información de contacto’, en el que podemos añadir nuestro teléfono, email y una url con nuestro usuario de LinkedIn. No tener rellenado estos campos pueden generar frustración en aquella persona que desee contactar contigo.

5. No comunicarte en el idioma adecuado

Si tienes la suerte de ser bilingüe o trilingüe aprovecha esta virtud para que la comunidad de LinkedIn lo sepa. El conocimiento de idiomas suele ser una de las habilidades más solicitadas y cuánto más reseñado quede en tu perfil, más probabilidades tendrás de llamar la atención de los reclutadores.

Eso sí, no juegues a intercalar idiomas constantemente. Enfócate en tener tu contenido y tus publicaciones en el idioma mayoritario de tus contactos o para el nicho de mercado que deseas atraer.

6. No enfocar tus habilidades como la solución a los problemas

Está bien tener un perfil completo con tu actividad, conocimientos, licencias y certificaciones, pero también debes enfocar todo lo que sabes en el problema por el que podrían reclamar tus servicios. Habla de los problemas de tus potenciales clientes y véndete como la mejor opción para solucionárselos. Publica posts con casos reales que te hayan sucedido o aporta datos que inquieten a ese posible cliente.

7. No generar contenido

Si uno se pone a observar el time-line, observa que muchos usuarios suelen compartir publicaciones de sitios web, prensa u otros usuarios. Aunque está bien compartir información interesante, más interesante será que tú generes contenido en lugar de dar visibilidad al de otros.

Al fin y al cabo, LinkedIn es un portal diseñado para mostrar tus conocimientos y habilidades con el fin de que llamen la atención de un empleador o de la comunidad.

8. No cuidar tu mensaje

En este punto insistimos de nuevo en que hay que saber diferenciar a LinkedIn como una red social B2B con una red social dedicada al entretenimiento y la conexión entre familiares y amigos. Uno de los errores más comunes es ver a usuarios que utilizan LinkedIn como si usasen Facebook o Twitter a la hora de comunicar su mensaje.

No se cuida la formalidad, se cometen errores ortográficos y gramaticales, se hace un uso inapropiado de emojis o Gifs o incluso practicar el trolleo. Nada de esto tiene cabida en un portal de estas características, pudiendo dañar muy seriamente tu reputación de cara a un proceso de selección.

9. No tener estrategia

¿A qué has venido a LinkedIn? Seguramente porque estés en búsqueda de empleo, estés buscando a un candidato ideal o simplemente te gusta estar al tanto de posibles oportunidades laborales. Es importante que, sabiendo bien la razón por la que te abriste tu cuenta, desarrolles una estrategia de acuerdo a tus objetivos.

Compartir o comentar publicaciones aleatoriamente, añadir aptitudes al azar o echar tu candidatura a cualquier empleo sin saber si eres apto solo derivará en tiempo perdido y en que dispongas de un perfil poco productivo.

10. Actuar como un robot

Participa en foros, personaliza mensajes, haz recomendaciones sinceras, publica en función de tus intereses, debate educadamente y basándote en datos… Haz cualquier cosa que haga parecer que detrás de tu cuenta no hay un robot, sino un candidato a un empleo o un empresario interesado en conectar con los mejores.

11. No seguir grupos o hashtags

Llevar a cabo un rastreo de grupos que puedan ser de tu interés profesional, o seguir hashtags vinculados a tu nicho, ayudará a que dispongas de mayor visibilidad dentro de tu sector. Los reclutadores podrán encontrarte en esas pequeñas comunidades tan segmentadas.

En muchos casos, pertenecer a uno de estos grupos ayuda a que en los procesos de selección ya hayas pasado un embudo previo, ya que el gestor de recursos humanos puede que haya decidido directamente buscar en uno de esos grupos. Así pues, si no estás en él, tus posibilidades decrecen notablemente.

12. No tener recomendaciones

Disponer de recomendaciones causa buenas vibraciones entre los reclutadores. Si tu perfil no tiene buenos comentarios de algún ex-jefe o antiguos compañeros, las posibilidades de que obtengas un puesto de trabajo decrecen. El trabajo de los seleccionadores es arduo y muy trabajoso, por lo que indicios como una buena valoración por parte de tus antiguas empresas puede ayudar a que se decidan finalmente por ti.

Te puede interesar:

¿Quieres incrementar el tráfico?

¡Consigue más visitas con el SEO!